En Cohahuila existe un lugar con naturaleza única, donde crece flora y fauna muy peculiar, una zona protegida por la naturaleza que alberga y por las características de éstas se ha considerado como una de las áreas naturales más importantes de todo el hemisferio occidental.

Al igual que la sierra madre oriental, esta maravilla geológica emergió a la tierra hace millones de años y con ella diversas formaciones, rocas marinas algunas plegadas, otras más un tanto fracturadas, mismas que con el paso del tiempo fueron dando lugar a pequeños lagos y pozas en pleno desierto, al avanzar un poco más en la zona, notará que no solo se trata de agua y especies endémicas, se trata de un fenómeno natural extraordinario.

Antes de narrar de qué se trata es necesario aclarar que hace miles de años esta zona era aún más húmeda de lo que es ahora, habían muchos más lagos y lagunas, que con el tiempo y por la temperatura tan caliente, se fueron evaporando y secando, dando paso en su lugar a sorprendentes dunas de yeso, las cuales se elevan varios metros y su extensión es de 800 hectáreas. Con el paso del tiempo, la erosión del viento y la evaporación de la laguna Churince han contribuido a que estas dunas crezcan más y más.

Dunas de Yeso en Cuatrociénegas

foto flikr: Cabo Neri

Se dice que originalmente surgieron a partir de que varios lagos de esta sección se secaron, es tal la cantidad de yeso que se genera en ellas, que antiguamente los habitantes acudían de manera constante a extraerlo para realizar algunas actividades, a grado tal que en ocasiones se extraía hasta 300 toneladas al día, haciendo que dicho material disminuyera y por consiguiente el panorama también.

Actualmente en esta zona han crecido plantas como mimbre, yuca, mezquite, pastos, entre otras, esto gracias a que el tono blanco refleja la luz del sol, además de limitar la evaporación del agua, lo que permite que la humedad se conserve y brinde condiciones aptas para el crecimiento de dichas plantas.