El primer registro de la hacienda data de 1665, cuando era su propietario, don Diego de Mendoza, pariente de Francisco Montejo. Entonces la hacienda se dedicaba a la ganadería y para la mitad del siglo XVII, se le sumó la producción del maíz. Fue en la segunda mitad del siglo XIX en que, siendo su propietario Carlos Peón Machado, la haciendo cambio su actividad para volverse henequera, y la de mayor producción en la región, participando así del gran auge económico de esa industria. En este tiempo contaba con 460 trabajadores y 6,642 hectáreas; en su territorio había, además del casco de la hacienda, cenotes, grutas y la rica flora y fauna de la región. Su decadencia empezó cuando en 1921, por decreto, el 50% de los terrenos fueron devueltos a sus propietarios originales; posteriormente la industria del plástico sustituyó la mayoría de los enceres que se fabrican con henequén.
En 1937 la hacienda fue repartida de acuerdo a la ley de Reforma Agraria, y para 1956 se revocó esta última orden para devolverla a su último propietario Humberto Peón Suarez, quien en 1973 la vendió a Adolfo Escobedo Batún. Más tarde, este último heredo la propiedad a Miguel Ángel Cervera, para ser adquirida finalmente por Grupo Plan en 1996.
Su gran casco horizontal sorprende al visitante a su llegada. Los gruesos muros pintados de terracota son interrumpidos por una gran escalinata que conduce a varias terrazas y llega al portal en la parte superior, desde donde se visualiza el conjunto. La casa principal está amueblada de forma que revive el ambiente colonial y es un espacio que usted puede disfrutar.
Tarifa promedio desde $2988 MX
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En la casa principal está la habitación de quien fuera el hacendado; hoy se ha convertido en una suite, en donde su decorado y amplitud tiene la intención de recrear el abolengo del lugar. Un recibidor- estancia con muebles de madera y bejuco, de acceso a una fresca habitación con una cama King size, escritorio, ropero y una mesita para dos, así como originales elementos decorativos. El baño además de dos lavabos, ofrece al huésped una tina forjada en piedra de Ticul para tomar un baño relajante. Cuenta con dos amplias terrazas desde donde se ve el perfil de la gran hacienda; en una de ellas puede disfrutar de una alberca privada con camastros para tenderse al sol, en medio del verdor.
El encanto de esta habitación son sus altos techos de viga y sus pisos de mosaico a la usanza de la región que dan frescuras a las camas de modernos diseños de madera clara, también cuenta con una espaciosa sala y cómodo sofá en el que puede relajarse después de sus excursiones a los alrededores. Esta suite tiene una tina en el exterior, extensión del baño, donde tendrá a su disposición detalles personales como bata y pantuflas que podrá disfrutar durante su estancia.
Estas suites poseen una cama King size tubular con diseño que recuerdan los de altaño. El amplio aposento se extiende hacia una estancia. El Espacioso baño con dos lavabos es la antesala para salir a la terraza, donde pueden sumergirse en una alberca privada a tomar los primeros rayos del sol, si lo prefiere en la calidez del medio día de la península de Yucatán. Las habitaciones 13 y 14 se intercomunican con otras habitaciones.
El buen gusto caracteriza estas habitaciones, las camas con colchas de lino y una pequeña mesa para tomar su desayuno en silla o en una mecedora de bejuco, darán comodidad a su estancia. Los rayos del sol penetran para iluminar la atmósfera. El baño es amplio y con mobiliario de mimbre y lavabos de cantera. La visita de la habitación deja entre ver floridos jardines o la gran explanada de la hacienda.
Estas casitas tienen un ambiente más rustico, como de cabaña: sus pisos de mosaico y el mobiliario le dan calidez al aposento. Estas habitaciones salen a un jardín florido, cuyos árboles resguardan una pequeña alberca de uso común.
Tarifa promedio desde $2988 MX
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